La Jaula de vidrio

No había querido publicar esto antes pero al fin se dio, en este mes mi Cecilia, la dulce mujer que me abrió su corazón y que me ayudó a salir de la depresión que me provocó mi intento de relación anterior, finalmente mostró sus verdaderos colores, sin saber yo todavía por qué, ella lisa y llanamente me desdeñó, insultantemente, me sacó de su vida igual que a un saco de basura, luego de haberme ocupado de ella durante meses, en que ambos sufrimos la angustia de la soledad, luego de haber entablado una relación en la que tuvimos dimes y díretes, ella simple y sencillamente me cortó, me lanzó a un lado por no sé qué motivos, me trató como si no me hubiera conocido jamás y no cumplió con lo que me dijo que sería nuestro rompimiento , sólo se escondió detrás de la falda de su prima y sin más destruyó lo que teníamos, los que ambos cultivamos durante meses. Yo estoy ahora destrozado por dentro, ¿de qué sirvió haber sido leal con ella? ¿de qué sirvió haberme preocupado por su salud, por la de su familia y hasta por su perra, cuya enfermedad me afectó sensiblemente? De nada, ella decidió tirar a la mierda más de un año de relación en la que yo demostré ser en todo momento el hombre que realmente la amó. Ella dio todo por concluido con un correo electrónico por demás insultante. El detonador de lo anterior la indiscreción de un hijo de perra que con todo dolo, inventó una sesión de cybersexo que nunca existió y por la cuál Cecilia se indignó y me insultó al infinito. Hoy estoy por demás dolido de todo esto, fui, vejado e insultado si derecho a defenderme, fui lanzado a la mierda por alguien que perdió la cabeza y no quiso recuperarla jamás y lo peor de todo es que Cecilia se llevó mi corazón y mi felicidad, ya no veo más futuro ni más felicidad en mi horizonte, ella ya no está conmigo, yo la amaré hasta mi muerte porque ella era mi última esperanza de felicidad.

Quería hablar acerca de la seguridad en esta ciudad, sobre todo a partir de la megamarcha para protestar por la inseguridad en la ciudad. Sí, sé que esta no es la ciudad en la que yo viví de niño y adolescente, hoy hay muchos peligros en las calles de esta ciudad, las zonas peligrosas crecieron con la población, pero también crecieron con el modelo económico neoliberal que ha dejado a muchos sin trabajo, aumentando las infanterías de la delincuencia, porque recordemos que las dirigencias de la misma son de gente organizada y con buenos empleos en la policía, no lo olvidemos.
Sí, la ciudad de México no es segura, pero ¿alguna vez lo fue realmente? Recordemos que siempre fue enorme y que muchas personas juntas siempre generan conflictos y problemas pero siempre hemos resuelto cómo vivir aquí. Y lo que no es justo, desde mi parecer, es que se argumente como si el gobierno actual de la ciudad tuviera la culpa de la existencia del crimen, como si éste no hubiera existido desde antes, como si los gobiernos anteriores hubieran gobernado una ciudad de ángeles o un humilde pueblito bucólico, si la ciudad no es segura es porque el país mismo no lo es y si queremos que sea segura debemos exigir que quiénes están al frente de los gobiernos local y federal cumplan con la labor que les encomienda la ley, sólo eso y nada más.