La Jaula de vidrio

Fui al mercado, y pasé de soslayo, ahí estaban como todos los días, en la misma esquina, la comida en casa iba a ser poca por lo que llegué al autoconsenso de que sería prudente, así que regresé a casa y dejé el mandado, sin decir palabra hice mutis por la derecha y fui a su encuentro, ahí en la contraesquina del parque, pero… no había nadie, miré hacia todos lados, dije “¿Dios que ha pasado?” y me acerqué a la esquina del parque para preguntar. “Sí cómo no aquí es” me dijo una persona sin que yo le preguntara nada. “¿me da su credencial de elector, por favor?" Yo me quedé estupefacto. “¡Ah chingá! Ahora para esto hay que enseñar credenciales… ¡Qué pornográficos!" Pensé, y sin más le entregué el documento, me extendió unas hojas y me dijo que me fuera a lo oscurito (una mesita con cortinas de las que se usa en las elecciones), marqué los papeles, los metí en la urna, pasé a la mesa, me pintaron de morado el dedo y me regresaron mi documento, me regresé a la casa habiendo votado por fulan@s del PRD que ni conozco, con el dedo pulgar derecho manchado de morado y lo peor de todo sin mi taco de cochinita pibil a $7.00. ¡Qué poca…!